Cada edición de Bariloche a la Carta (BALC) permite una variada conjunción de propuestas gastronómicas, la mayoría muy atractivas por la calidad y originalidad. Y también hay buenos precios, debiendo tener el comensal la credencial BALC en el celular. Abonando con tarjetas del banco Patagonia se logra un 30 por ciento de descuento.
Las propuestas se publican en la página oficial del evento www.barilochealacarta.com agrupadas en cuatro categorías: restaurantes, parrillas, pizzerías y cervecerías y bares y cafés. Suman casi 70 establecimientos, figurando algunos de ellos en dos rubros. En todos los casos se resaltan las propuestas sin gluten, veganas y vegetarianas.
Entre las parrillas solo participan El Boliche de Alberto, en la calle Elflein y Villegas, y La Parrilla de Julián, en avenida San Martín. Ambas propuestas son muy buenas. Nosotros sumamos a Madurado, en bahía Campanario.
En materia de pizzerías y cervecerías destacamos las propuestas de Patagonia y Lowther. La primera, en su fantástico complejo del Circuito Chico, propone como entrada una sopa de calabaza, zanahoria, naranja y jengibre, con semillas de calabaza tostadas, bruschetta con pesto de tomates secos. El principal es un ojo de bife al perfume de romero con papines norteños gratinados con queso azul, cebollas asadas con aliño de cerveza Weiss, miel y enebro. Para finalizar húmedo de chocolate con helado especiado y frutos rojos perfumados. Un menú interesante, con el sello de su chef ejecutiva, Anita Arias, prestigiosa cocinera local. El menú obviamente incluye cerveza Patagonia y tiene un valor de 4.800 pesos.
La cervecería del gringo Lowther vuelve a tener una muy tentadora propuesta. Arranca con una copa de ceviche de langostinos y vieiras, espuma de palta, cremoso de gin y pomelo, crocante de jamón ibérico. El principal es un brisket en cocción lenta con crumble de pistachos y hongos en emulsión de jugo de la cocción, crema ahumada de cabutia, chips de panceta y vegetales glaseados. Para finalizar bizcocho tibio con corazón de maracuyá, lajas de chocolate, confitura de rosa mosqueta y textura de betabel. Todo esto y una pinta de cerveza por 2.880 pesos.
Entre los restaurantes hay muchas buenas propuestas. Difícil elegir solo dos o tres. Recomendamos la de los hoteles, la mayoría excelentes, como las que ofrece Lucas Rivas (Llao Llao), Federico Domínguez Fontan (Cacique Inacayal), Alejandro Clausen (Villa Huinid), Gabriel Salinas (El Casco) o Juan Izaguirre (Epic, Arelauquen).
Entre nuestros recomendados siempre figura Almazen de Sabores, en Dina Huapi, un lugar fantástico. En esta ocasión Franco Ambrosi y Lucia Patuel proponen un hummus de remolachas, portobellos grillados, sticks polenta frita y brotes orgánicos; luego cordero braseado, croquetas de papa, queso y tomillo limonero con crema de mostaza y encurtidos. El postre es un carrott cake con pasas y almendras, helado de chocolate amargo, salsa de naranjas y arándanos. Con copa de vino por 4.480 pesos.
La Roca, en el cerro Catedral, al término de la telecabina Amancay, ya figura entre los mejores lugares para comer en Bariloche. Su cocina, dirigida por Archie Mac Lellan es excelente. Ofrecen como entrada un vistoso plato con trucha, luego cordero crocante y de postre manzana, maridado con vinos de la bodega neuquina Schroeder. Solo abre los mediodías.
Entre los bares y café destacamos la propuesta de Vertiente, frente a la plaza Belgrano, donde hace años funcionó el restaurante Kandahar. Mora Barber creo hace poco una propuesta muy interesante que prioriza las verduras, hortalizas, frutas y productos no cárnicos. Con impronta oriental y asiática, el lugar ya es muy conocido en Bariloche. Ofrecen un menú vegano en tres pasos, con una copa de vino en cada uno de ellos, por 4.200 pesos.