Con una panorámica vista hacia la ciudad y el lago Nahuel Huapi la cervecería Lowther suma su propia oferta gastronómica en Bariloche. El emprendimiento de Ricardo Lowther y familia, se emplaza en la calle Mitre al 1.160, contiguo a la Fonda y Parrilla El Tío, sobre el morro que mira hacia V.A.O’Connor. El local, en tres plantas, tiene un fantástico deck y tres salas. Ofrece las cinco variedades de cerveza artesanal acompañadas por gastronomía.
Los que conocemos el viejo edificio donde hoy funciona el pub, podemos dar crédito del cambio. Un trabajo y una inversión importantes, pues se mantuvo la impronta del edificio antiguo pero se los modernizó y transformó en un restaurante. “No me preguntes cuanto gasté”, respondió “El Gringo”, aclarando que el lugar es alquilado.
En la planta baja se ubica la entrada principal y la barra con el despacho de bebidas y el primer salón, con hogar y mesas bien distribuidas. El primer piso también luce cómodo, con algunas mesas amplias para grupos de amigos y un rincón un tanto más íntimo con vista a la calle.
En el tercer desnivel, situado en el subsuelo, está la cocina y otro salón comedor, que será abierto al público junto con el deck, durante el próximo verano.
El “Gringo” y la “Negra”, como los llaman a Ricardo Lowther y a Mariela Nievas sus amigos y parroquianos, están felices con su nuevo desafío. Un brew pub más, en una ciudad donde la cerveza artesanal multiplicó su oferta en forma increíble.
El Gringo comenzó a elaborar cerveza artesanal en forma comercial en junio del 2011, cuando estalló el volcán Puyehue. Previamente había aprendido a elaborarla en Buenos Aires y hacía cerveza casera en la pieza de su hijo Gastón, mientras éste estudiaba en la Capital Federal. Hace 2 años su hijo regresó a Bariloche y está al frente de la producción. El padre, muy orgulloso, confiesa que logro mantener y hasta mejorar su elaboración. El último verano, que fue un verdadero boom para la cervecería local, lograron hacer hasta 14.000 litros en el mes récord.
Tener un “brew pub” siempre fue un sueño y merced a lograr un acuerdo comercial con el dueño del local, se tiraron a la pileta. La obra llevó meses, pues tuvieron que reforzar la estructura el edificio y hacer todas las instalaciones a nuevo. En ello, ponderan el trabajo de su arquitecto Jorge Pichirilli.
La cerveza Lowther ya se podía tomar en 14 lugares de la ciudad. Solo se ofrece desde la chopera, en cinco formatos. Dos son rubias. La English Pale Ale, rubia liviana, con carácter a malta y amargor medio, con el aroma típico que aportan los lúpulos ingleses de un color que va del dorado al cobrizo suave. En la Ambar, el aroma es nítido. Su sabor límpido y suave, con gusto a malta caramelo.
La roja, Brown Ale, de estilo irlandés, tiene un color rojo oscuro, con cuerpo, aroma intenso a lúpulo y sabor equilibrado.
Las restantes dos biras son negras. La Porter, tiene un color oscuro profundo, tostado. Su porcentaje de alcohol llega al 5 por ciento. El malteado intenso de esta cerveza determina su característico color negro, con aromas a café. Tiene una espuma cremosa y robusta. La Milk es una negra suave, una variante inglesa de la Stout clásica, oscura cremosa y con cuerpo.
Para acompañar la cerveza hay cuatro propuestas. En primer lugar están las tapas, frías y calientes, que permiten maridarse con las diferentes variedades de cerveza. Hay aros gambas al ajillo, rabas, mejillones a la provenzal, chorizo a la pomarola y pinchos de vegetales con panceta. Recomendamos las “papas Lowther” asadas, con crema, panceta y finas hierbas) y también las brusquetitas (en pan casero, rúcula, tomates cherrys, pepinillos, jamón serrano y queso brie).
También hay picadas, de ahumados y la clásica Argentina, con variedad de quesos, fiambres y aceitunas. En materia de pizzas, la carta ofrece 7 variedades. Degustamos la especial de la casa, con rúcula, jamón crudo, queso brie y parmesano… para recomendar.
Finalmente, entre los platos principales se podrá degustar platos con trucha, salmón, los tagliatelle salteados con vegetales y hongos Portobello, y bife de cordero u ojo de bife. También se incorporará a la carta el medallón de cerdo con chucrut, salchicha alemana y papas Vicuña. Una delicia.
Un dato no menor es que Lowther tiene estacionamiento vehicular, en un amplio predio, emplazado a 70 metros del local. Hay lugar como para cien automóviles. Y lo bueno, es que el regreso hacia el automóvil es en bajada. A la ida, si hay que subir…
