El presente invierno la Experiencia Gourmet Rutini Wines cumplió una década de acciones en Patagonia Norte, con degustaciones guiadas en San Martín de Los Andes, Villa La Angostura y Bariloche. Las reuniones son dirigidas por el creador del programa, Osvaldo Sánchez Salgado, con los productos de la bodega mendocina La Rural.
Desde su creación, estas acciones -que buscan el intercambio y la activa participación del público general- han ido consolidado su trayectoria y repercusión a partir de ejercitar la idea de que “la información aumenta el placer”. Así, por medio de degustaciones guiadas y juegos de cata especialmente diseñados para cada formato de reunión, se entrega información técnica y cultural sobre arte y ciencia enológicos y también acerca de los vinos de alta gama, en un marco ameno y distendido. La Experiencia Gourmet Rutini Wines se organiza cada verano e invierno, en alrededor de 24 restaurantes y hoteles de las tres ciudades cordilleranas.
En la reunión celebrada en el hotel El Casco, Sánchez Salgado ponderó el sostenido crecimiento que tiene la gastronomía cordillerana y en particular la gorumet, destinada al turismo de alta gama. Informado sobre la realización del encuentro gastronómico “Bariloche a la carta” en octubre, evaluó que es una iniciativa interesante.
Como es habitual en las veladas Rutini tanto la sala para la degustación, ubicada estratégicamente junto a la cava del establecimiento, y el salón comedor, estuvieron llenos. Osvaldo estuvo acompañado por Erardo Cursio, representante de La Rural en la región de los Lagos Andinos, quienes una vez más confirmaron que en estos ámbitos constituyen un equipo difícil de imitar.
En este caso, la cena en el hotel El Casco constó de un menú en cinco pasos, con platos preparados por la chef del restaurante, Ana Arias. En primer lugar, maridado con el Trumpeter Espumane Rosé de Malbec se sirvieron mollejas crocantes en emulsión de porotos blancos y reducción de espumante rosé. Una combinación perfecta, un anticipo de lo que sería una velada gourmet excelente.
El siguiente plato fue una verdadera obra de arte pictórico, un cuadro, que en absoluto desentonaba con los que adornan las paredes del hotel El Casco. Los langostinos, cubiertos por aire de colo y limas, acompañados por un cremoso de habas y faina crocante, resultaron un plato muy bien presentado y además bien logrado. Todo en su punto. Fueron acompañados por el Chardonnay de la línea Encuentro.
El Merlot de Rutini fue el vino elegido para acompañar la pasta. De color rojo oscuro, con intensos tonos púrpura, es un fiel exponente de las vides de Tupungato. Muy ponderado por los presentes, quienes los disfrutaron junto a los sorrentinos rellenos con hongos, acompañados por crema de cebollas quemadas y aceite de Tartufo Negro.
Pero esto no fue todo. Faltaba más. Un soberbio rack de cordero patagónico braseado, acompañado por risotto de trigo y berenjenas asadas. En este plato está permitido tomar las costillitas con los dedos, y desgustar lo que sin duda es un verdadero manjar. Erardo sirvió Cabernet Sauvignon, de la línea Encuentro, y todo resultó perfecto.
Visión Gourmet compartió la cena con Max y David, dos turistas de Brasil que vinieron para esquiar en Catedral y los titulares del hotel Punta Cóndor, en Villa Catedral, donde los visitantes se alojan. “La verdad, este año no tienen mucha nieve, pero se compensa la estadía con vuestra excelente gastronomía”, evaluó Max, un empresario y montañés, residente en San Pablo.
En la mesa hubo consenso en que la temporada fue atípica y el clima no acompaño en lo más mínimo. “Nevó, pero luego vinieron días de lluvia y calor, por lo cual el manto blanco nunca aguantó”, explicó Ariel. No obstante, en comparación con otros centros de esquí de Argentina, Catedral logró tener una temporada menos mala a la de otras montañas. “Dentro de la zona es la montaña más alta y tiene muchos medios de elevación entre los 1700 y 2000 metros, lo cual ayuda a que en años de poca nieve se pueda esquiar igual”, explicó el hotelero.
Para el postre Ana preparó un fantástico bizcocho húmedo de chocolate, acompañado por quinotos en almibar y helado de cardamomo, que se sirvió junto al Vin Doux Naturel de Rutini. El bizcocho de chocolate resultó delicioso y no hizo más que confirmar la habilidad de la chef para los postres: no en vano llegó al hotel como repostera.
Final para otra opera prima. Con una larga sobremesa, para compartir con los amigos y los buenos vinos, una reunión placentera.