¿Qué puede hacer una bodega con prestigio y trayectoria para sorprender a los que gustan probar sus vinos? Sin dudas elaborar nuevos y buenos vinos puede ser una respuesta. Y en el caso de Luigi Bosca, ello volvió a confirmarse cuando pudimos probar sus cuatro nuevos productos, diferentes entre sí, pero que mantienen el hilo conductor que a lo largo de la historia caracterizó a la familia Arizu.
En esta oportunidad, los vinos presentados y que a fines de noviembre ya estarán en las principales vinotecas argentinas, hacen referencia directa al terroir, a la viña de donde provienen. Pertenecen a partidas más pequeñas pero que se caracterizan por ser únicas.
Un dato no menor es que la presentación llevada a cabo en esta región, en el hotel Llao Llao, fue la segunda que se realizó en Argentina. “Bariloche y la Patagonia siempre fueron importantes para nosotros, por ello, nuestros vinos se presentan prioritariamente en esta ciudad”, explicó Eduardo Zerr, gerente de ventas de Luigi Bosca, quien asistió a la degustación organizada por Patagonia Vinos, en el hotel internacional.
Anabella Alcuaz y Jorge Goriziano convocaron a cocineros y restauranters locales, como así también a empresarios del sector gastronómico. Federico Domínguez Fontan y Mauro Trinarolli, chefs del hotel Llao Llao, elaboraron variedad de platillos para acompañar los vinos en maridaje, donde se destacaron los langostinos apanados, con salsa barbecue.
Una tarde soleada, cuya exuberante naturaleza buscaba ingresar a la sala por los amplios ventanales, fue el marco propicio para comenzar a probar los nuevos productos. No importó que sea temprano; a las 18 disfrutamos del primer vino, el Riesling de Las Compuertas, cosecha 2013. ¿Hace falta detallar que es un vino frutado, fresco, joven… ideal para una soleada tarde de primavera? El vino no tiene paso por madera y es un varietal al 100%.
Eduardo Zerr explicó que las uvas Riesling se cultivan en la Finca Los Nobles, a 1.050 metros de altura, en la zona de Lujan de Cuyo. Las vides tienen una antigüedad de 60 años y crecen en un suelo de estructura franco arenosa, con presencia de canto rodado de tamaño variable en profundidad. Recordó que durante muchos años la bodega elaboró Riesling de la Finca El Paraíso, pero que los enólogos determinaron que en Las Compuestas la uva se da en todo su esplendor. Precio sugerido en vinotecas 110 pesos.
En segundo lugar probamos el Cabernet–Malbec, proveniente de las Finas El Paraíso y La Linda, con vinas de 50 años. Un blend elegante y complejo, redondo y de largo final. Cada sepa tiene una proporción del 50 por ciento, proviniendo el cabernet sauvignon de El Paraíso (Maipú) y el Malbec de La Linda (Luján de cuyo). Pasó 12 meses por barricas de roble y la añada 2011 tiene un potencial de guarda de 10 años. Se vende a 140 pesos.
El Grand Pinot Noir, de La Consulta (Valle de Uco) impactó en varios de los presentes. Sorprendió favorablemente por su aroma y sabor. Un vino joven, con buen cuerpo y color, mereció numerosos elogios. Anabella Alcuaz, de Patagonia Vinos, quien además es sommelier con diploma WSET (Wine & Spirit Education Trust), dijo que es un excelente Pinot. También tuvo criticas favorables por parte del sommelier alemán Sebastián Stöveken, socio gerente en Butterfly.
Estas uvas crecen en los viñedos de La Consulta, en el Valle de Uco, a 1.170 metros de altura, sobre un suelo de origen aluvial, calcáreo, con gran presencia de hierro, arcilla arenosa y roca en superficie. Las vides son provenientes de La Borgoña francesa y lograron una adaptación ideal en dicha parcela de Mendoza. Tienen 55 años y el vino reposa en barricas americanas durante 8 meses. La cosecha 2012 permite una guarda de 15 años. Precio de venta 200 pesos.
El cuarto nuevo vino es un Malbec, del terroir Los Miradores, de Valle de Uco. Proviene de vides jóvenes, de tan solo 10 años, pero de gran calidad. Zerr explicó que en dichas parcelas se plantaron tres variedades de Malbec diferentes, y luego los enólogos eligieron el presente para que represente el terroir. “Luego de una década, estimamos que la uva logró un equilibrio perfecto para dar uvas de excelente calidad”, dijo. Detalló que donde crecen “el suelo presenta en superficie y hasta los 30 centímetros de profundidad una textura franco limosa, con cantos rodados de pequeño diámetro, que se alternan con piedras de tamaño grande, ideal para lograr una óptima infiltración de agua, lo que permite una mayor exploración de las raíces en profundidad”. Un vino que reposó 12 meses en barricas de roble francés y cuya añada, 2011, permite 15 años de guarda en botella. Se vende a 220 pesos.
Cuatro vinos que representan a su terroir, pero también a la familia Arizu, quienes hace más de un siglo se esmeran en crear vinos con marcada personalidad. En esta nueva serie, el lugar donde se cultivaron, constituye el hilo conductor. En particular el suelo, pero también el clima, el riego, la poda del follaje y la orientación de las plantas. La armonía de todos estos elementos logra envasar vinos que merecen ser degustados, vinos, para disfrutar.