Más de medio millar de personas concurrieron al predio de Tom Wesley para colaborar con los inundados de Comodoro Rivadavia, aportando centenares de productos comestibles no perecederos, bidones con agua y lavandina y 100 mil pesos. Lo reunido fue destinado a las fundaciones “Si” y “Juntos por un corazoncito feliz” que trabajan en la ciudad chubutense. También se reunió mucha ropa, que será donada a la red solidaria.
La idea nació en los días previos a Semana Santa y se efectivizó el sábado 15 de marzo del 2017, en el amplio predio del kilómetro 15,5 de la ruta al Llao Llao. El clima acompañó y en una tarde apacible decenas de familias concurrieron con niños a colaborar y solidarizarse con sus pares del sur. “Todo fue espontaneo y rápido. Mucha gente colaboró para organizar el evento y la repuesta fue realmente positiva”, explicó Nidia de Hardt, una de las entusiastas organizadoras.
La birra fue aportada por numerosas cervecerías locales. Berlina, Blest y Wesley también llevaron sus carros para el despacho de la bebida, donde además de la propia sirvieron cerveza de Konna, Bachmann, Gilbert, Duham y La Cruz, que llevaron al predio sus barriles. “Muchas cosas se organizaron por intermedio de las redes. Nos preguntaron si nos sumábamos y obviamente dijimos que sí. También trajimos el carro para el despacho de las cervezas”, explicó Leonardo Brizuela, gerente general de Blest, quien se ocupó personalmente del despacho de las bebidas.
Con buen criterio solo se emplazaron tres carros, lo que permitió agilidad en el despacho y espacio en el magnífico predio. En el quincho se sirvieron las hamburguesas y los chori y también se instaló la wafflera de Osvaldo Rivas, reconocido gastronómico de Colonia Suiza, quien se sumó a la campaña solidaria y preparó decenas de waffles, dulces y salados.
Se pudo pedir uno napolitano, con mozzarella, jamón, tomate y orégano, o el caprese, que viene con mozzarella, tomate y albahaca. Otra opción fue el que se prepara con queso roquefort y aceite de oliva. Todos se podían condimentar con mayonesa o salsa criolla.
Los dulces se hacían con frutas de Colonia Suiza, productos orgánicos, de producción casera. Deliciosos los preparados con frambuesa, frutilla o rosa mosqueta. También se podían pedir con dulce de leche. Demandados no solamente por los chicos, muchos adultos también se comieron un waffle después del choripán.
La venta de ticket se concentró en el ingreso al quincho, donde una hamburguesa o choripán costó 50 pesos. También había gaseosas para los niños. Para poder donar esta recaudación colaboraron los frigoríficos Río Negro y Gilio, que aportaron los chorizos y las hamburguesas y la panificadora Cavquen, con el pan.
Previendo una posible llovizna se decidió que los grupos musicales toquen en el salón principal del predio. Allí actuaron por turnos los grupos musicales Tranqui 120, Mamo Gutiérrez Arana, Fede Folcone, Ultravioletas, Alterego y Rockabillycos.
Al atardecer Tom Wesley prendió varios fogones, donde se congregaron los asistentes para saborear una cerveza y dialogar sobre la vida. Otros paseaban por el predio, ideal para este tipo de reuniones. También el estacionamiento vehicular fue muy bien organizado, con más de 300 autos sobre el pasto. En resumen, un gran encuentro que seguramente se repetirá.