Degustar, catar o simplemente tomar una serie de vinos en vertical constituye una buena experiencia para constatar la evolución de un mismo vino, en diferentes años. Se trata de probar de manera consecutiva un vino de diferentes años de cosecha, una experiencia que permite apreciar cómo la naturaleza imprimió sus condiciones y su carácter, cómo el vino ha evolucionado en el tiempo y también ver el trabajo del enólogo para lograr la excelencia.
La experiencia por lo general se reserva para los grandes vinos, que suelen ser los iconos de las bodegas. Su elaboración mereció un especial trabajo por parte de los enólogos y por ello despiertan un interés particular entre los expertos que quieren conocer su evolución y sus posibilidades de guarda.
Los amantes del vino suelen guardar botellas de sus preferidos, por añadas, y cada tanto disfrutan de ellos, ya sea con una cena o bien con una degustación de quesos y panes, un mix ideal para evaluar los diferentes vinos.
Los vinos se prueban en “catas verticales”. La cata es la acción de valorar el vino por medio de los sentidos de forma técnica, analítica y objetiva. No debe ser confundida con la degustación, en la que intervienen elementos más subjetivos y no se procede de manera sistemática (se rellena una ficha de cata entre otra cosas).
Las catas verticales no son una práctica demasiado habitual, pero si muy reconocidas entre los expertos del mundo del vino, por proporcionar información muy valiosa de cómo evoluciona en la botella año a año, pudiendo comparar aspectos de la vinificación de las distintas añadas, diferencias encontradas por el encorchado, temperaturas y tiempos de conservación. Se comienza por el vino más añejo y lo ideal es tener información sobre cómo fueron las cosechas de cada año, ya que ello influirá en gran medida en el vino.
Hay bodegas que solo embotellan sus vinos íconos en años muy buenos, y si la vendimia no logró conformar al enólogo jefe, ese año no se envasan. También varía el criterio de embotellar el mejor vino que se pueda elaborar o bien embotellar exclusivamente tal o cual varietal.
En algunas vinotecas se pueden adquirir vinos en vertical. En la actualidad, Patagonia Vinos, ofrece 4 colecciones diferentes, de grandes vinos. Dos de ellos son de la bodega rionegrina Noemia, para sus variedades de Malbec. A Lisa se ofrece en los años 2007 a 2010 y J Alberto en seis variedades, desde la cosecha 2005 al 2010.
También hay dos opciones mendocinas. El Gala II, de Luigi Bosca, que tiene un 85% de Cabernet Sauvignon, 10% de Cabernet Franc y 5% Merlot, se ofrece desde el año 2004 al 2008 y el Enrique Foster, Malbec, edición limitada, desde el 2003 al 2005.
Por su parte, Freixa Vinos, tiene dos series de lujo. La primera es del vino ícono de Catena Zapata, estiba reservada, del año 1999, 2000 y 2001 y la otra, de idénticos años, corresponde al Felipe Rutini de La Rural. Una opción más accesible es la vertical de Luigi Bosca, Cabernet Sauvignon reserva, desde el año 2006 al 2009.