El living de la casa es el salón principal del resto “En Casa”, un ambiente que combina el arte y la gastronomía. La propuesta se asemeja a los restaurantes puertas adentro y propone un clima intimista, en un lugar que tiene impronta de hogar y combina las mesas y sillas con sillones, chimenea a leña y decenas de objetos propios de una vivienda. El living tiene amplios ventanales al jardín y está decorado con un estilo rústico e informal.
Su propietaria y creadora es Silvia Francini, quién recibe a los comensales y también se encarga de atender las mesas. Antes cocinaba para sus comensales en solitario, pero ahora el horno y las sartenes están a cargo de un reconocido profesional, el chef Pablo Quiven. Ambos reabrieron el lugar a fines de junio, después de un largo viaje de Silvia por Europa.
“Esto es un nuevo y lindo desafío, me entusiasma estar nuevamente en acción y con una pequeña cocina”, nos explicó Pablo, quien supo dirigir las cocinas de importantes hoteles barilochenses. Cocina respetando la filosofía del lugar: comida natural, vegetariana, orgánica, sin carnes rojas; pero con impronta gourmet.
“En Casa” se ubica en el barrio Belgrano, en la calle Güemes 780. El lugar pasa desapercibido, por lo que vale la pena destacar que se ingresa por el lateral de la macrocarpa, por el jardín. Se debe tocar el timbre para que se abra la puerta. En el ingreso se ubica un salón que permite una eventual espera, con confortables sillones y un hogar a leña. También hay una pequeña biblioteca.
El comedor tiene una mesa grande para 6 personas (que puede ampliarse) y varias mesitas para dos y cuatro, alrededor de 20 cubiertos. Su techo es de madera y es posible escuchar la lluvia. El lugar supo ser un taller mecánico durante varias décadas, luego fue remodelado en un pub, denominado “La Mecánica” y a fin de la década del 90 fue remodelado en vivienda. Hace tres años, cuando sus hijos emigraron a estudiar a Buenos Aires, Silvia dejó la docencia y abrió su restaurante.
“Tuvo lugar un cambio muy importante en mi vida. Cambié mucho, sobre todo en la forma de alimentarme, ahora mi filosofía, se refleja en el restaurante”, explicó. También pinta y varios de sus cuadros decoran las paredes.
Abre los mediodías, de lunes a viernes, en el horario de 12.30 a 15, y los viernes y sábado por la noche, a partir de las 21. Es importante hacer reserva previa al teléfono 0294-154-631120 y averiguar por el menú, que cambia constantemente.
Por las noches hay entradas, principales y postre. Al mediodía normalmente un menú fijo, con sopa, ensalada y principal. Hay vinos orgánicos (se puede probar un Moscatel de Alejandría), cerveza, agua mineral y jugos orgánicos. También hay vinos reserva y entre ellos en breve aumentará la oferta.
Como entrada se puede probar un strudel de masa philo, con semillas de lino y chia, relleno de berenjenas y cebollas asadas, sobre colchón de hojas baby. Otra opción es una canasta de parmesano con hojas verdes de la huerta, semillas y frutos secos tostados, láminas de rabanitos y vinagreta de sésamo. Un plato delicioso, con volumen y altura, y la canasta es crocante y sabrosa.
Entre los principales hay pastas: papardelle, raviolones, sorrentinos y ñoquis. Los primeros son de morrones ahumados, con pésto de nueces tostadas, ajos fritos, albahaca fresca y brotes de rúcula. Los raviolones estampados están rellenos con caponatta y salsa mediterránea. Todas al dente, muy recomendables.
Pablo Quiven es un maestro en preparar postres (ganó un premio en el concurso nacional de cocineros con ellos) y el marquisse de chocolate con cascaritas de naranja, querelles de helado de Malbec y compota de frutos rojos que probamos, estuvo fantástico.
La cocina es amplia y permitiría abastecer a un salón mayor. Silvia tiene su huerta y no es extraño verla salir hacia ella, ante el pedido de Pablo de que refuerce alguna de las aromáticas. “Para que vean, que acá todo es natural y fresco”, bromea.
En Casa, una alternativa ideal para comer rico, natural y vegetariano.