Emplazado junto al lago Nahuel Huapi, con una privilegiada vista hacia las montañas, Almado redoblo su apuesta para ser un lugar de buena gastronomía barilochense. Su oferta luce cuidada en todos los detalles para ofrecer un servicio de “cocina con alma”, como pregonan sus propietarios.
Almado es uno de los pocos restaurantes de la ciudad que además de gastronomía ofrece una variada propuesta de tragos y coctelería, ya sea para el inicio de la cena o para su final. En su carta se destacan platos con carnes, frutos de mar, pescados y pastas.
El salón principal tiene su lateral norte totalmente vidriado, con imponente vista al paisaje. Se emplaza en una parcela municipal, que integra el predio del puerto San Carlos. Fue creado con el nombre “Trentis” por Julio Caregnato, reconocido empresario gastronómico local, quien también diseño Wilkenny, Kostelo y Belek. Durante su funcionamiento con el nombre de Holly, con la cocina a cargo de Archie Mac Lellan, fue elegido como uno de los mejores restaurantes de Bariloche por VG.
En Almado se puede degustar langostinos en panko y coco, rabas, ceviche de pescado blanco con salsa de naranja o croquetas de jamón ibérico. Numerosos platos provienen de la parrilla, entre ellos ricas provoletas con tomates asados y hongos patagónicos, mollejas crocantes con salsa de mostaza y menta o una tortilla de pulpo a las brasas.
Uno de los platos tradicionales del lugar son las costillas de cerdo, marinadas en salsa de piña y whisky, cocidas 6 horas a fuego lento, servidas con papa acordeón, crema agria de ciboulette, side fresco de verdes y vinagreta de miel y jengible. Un plato para compartir. También se puede pedir ojo de bife. Si optamos por un pescado, hay un plato con trucha y otro con salmón. También hay menú para niños, alguna hamburguesa y platos con arroz y comidas al wok. La cocina actual esta a cargo de Adrián Lipreti (chef director) y Yeison Rojas (chef ejecutivo) quienes dirigen un sólido equipo.
Durante la visita de VG, acompañados por el chef barilochense Adrián Alonso, que hace años trabaja en Puerto Varas (Chile), degustamos las rabas y kebab de cordero. Ambos muy bien elaborados, las primeras acompañadas por una salsa Worcester de tomates y wakame y el kebab por la tradicional salsa de yogurt, tomate y cítricos. Los maridamos con cerveza Patagonia Bohemia Pilsner, ideal para un atardecer de verano.
Luego pedimos un plato con raviolones y la polenta cremosa. Los primeros hacen honor a su nombre, rellenos con tres variedades de carne estofada, con crema de hongos y panceta crocante. Una porción generosa, con muy buena textura y recomendable. También la polenta mereció el visto bueno de Alonso, quien destacó su sabor y presentación, con bourguignon de cierno y queso parmesano. Acompañamos los platos con vino Tempranillo cosecha 2018, de la bodega Alfa Cruz, Agostino Wines, del Valle de Uco.
La carta de vinos de Almado también merece ser destacada, incluye buenos vinos de Salta, Mendoza y la Patagonia y dispone de varias cavas climatizadas, que permiten que las bebidas se sirvan en la temperatura justa, independiente de la temperatura ambiente.