Gin con aroma de mujer
Cuando Taté Moretti retornó con su marido y sus hijos a Río Negro, crearon una microdestilería. Primero elaboraron un vodka y ahora sumaron un gin llamado Gina.
por Andrea Albertano
Al regresar a Cipolletti, su pago chico, después de vivir en Buenos Aires, Taté Moretti y Hernán López Sosa no sólo buscaban vincularse con su lugar y su gente. Entre sus propósitos, estaba la chance de (¡por fin!) alejarse del ritmo de la gran ciudad, ser sus propios jefes y crear un producto distintivo. “Teníamos la idea de hacer algo novedoso para la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Así fue que creamos la primera microdestilería de la zona y comenzamos a elaborar vodka”, cuentan en una charla con Visión Gourmet.
El proyecto significaba generar un emprendimiento propio, con sus consabidos trámites, habilitaciones, papelerío y forjar un proyecto de familia. Tras esa consigna, crearon la microdestilería y sacaron al mercado un vodka, “Nóctua”, palabra que significa lechuza en latín y que eligieron por las aves que anidan en los techos de su terreno.
Taté es licenciada en Finanzas y ahora está abocada a todos los detalles de la producción, desde el diseño de la marca a la estrategia de ventas, y desde luego, al cuidado y desarrollo del producto. «La búsqueda de los sabores fue apasionante porque hay poco escrito. Comencé con un alambique de cobre alemán de tres litros buscando combinaciones de sabores como un experimento sensorial”, relata. Así se fue capacitando en los destilados e incursionando en un mundo difícil, sobre todo para una mujer. Hoy es una de las pocas que se destacan en el país. Con ese horizonte, este año se mudaron a Neuquén y crearon otro destilado, en este caso un Gin con botánicos bien patagónicos.
-¿Cómo decidieron diversificar la producción?
Hace tiempo estaba pensando en generar un producto con una impronta bien propia, femenina y diferente. El Gin es un producto que hoy tiene un auge único y no es para menos, ya que se trata de un destilado tan antiguo como versátil. Pensé en gin, pensé en flores y me puse a hacer pruebas. Así nació “Gina Patagonian Dry Gin”, que lleva el nombre de mi hija menor.
-Más allá de que ambos son destilados, ¿cuáles son las características diferenciales en el proceso de elaboración del gin y del vodka?
Tanto el gin como vodka tienen como base un alcohol neutro y los procesos de elaboración son muy similares. La principal diferencia radica en los botánicos que se utilizan, ya sea para elaborar un gin como para saborizar un vodka. El Gin requiere de la maceración de bayas de enebro en alcohol (junto con el resto de los botánicos) para luego destilarlo obteniendo sus aromas y perfiles. Sin enebro, no hay Gin.
-Respecto a Gina, ¿qué botánicos le dan identidad?
Gina se destaca principalmente por las bayas de enebro que utilizamos, ya que las mismas son cosechadas a mano en campos silvestres de nuestra Patagonia, frescas y muy aromáticas, por eso es un Patagonian Dry Gin. Y por otro lado por el perceptible bouquet de flores que le otorga la identidad: pétalos de rosa, jazmines, lavanda, manzanilla, flor de sauco y azahar. Completa la lista de botánicos el pomelo rosado, menta, pimienta rosa, coriandro y angélica.
-Lo venden en botella y acaban de sacar la versión con tónica en lata, ¿qué caracteriza a cada versión y cómo decidieron innovar en eso?
La elección de la botella y el diseño que decidimos ponerle fue un desafío, ya que lleva un proceso muy delicado de laqueado y etiquetado manual. El diseño de la etiqueta, con un lettering en el nombre de “Gina” y la elección del color violáceo le dan una impronta que permite que se diferencie entre otras botellas. Luego de lanzar Gina Patagonian Dry Gin, decidimos innovar con un producto que no existía en el mercado nacional: el Gin&Tonic listo para tomar, en lata. Nosotros realizamos el cóctel con una receta propia, gasificado y equilibrado, lo que permite asegurar que quien quiera tomar un gin tonic en la playa, en el río, en el lago, llevarlo a un asado o reunión, pueda disfrutarlo directo de la lata bien fría o también servirlo en una copa con hielo, que es lo que recomendamos para que se aprecie mejor.
-Recientemente estuviste en Villa Pehuenia en una jornada gastronómica que se dio en llamar “triada”, contanos acerca de esa experiencia.
«La triada» fue un evento alucinante, el espacio de la Hostería Amarras le dio un marco inmejorable y presentar esta propuesta de la mano de mi amigo y cocinero Sebastián Mazzuchelli fue el broche de oro. Llevamos una propuesta diseñada en tres momentos: brunch, sunset y night, donde en cada uno había maridajes de gastronomía y coctelería, en el marco de la cordillera neuquina.
-¿Cómo te sentís al ser una de las pocas mujeres que se dedica a los destilados?
¡Me encanta! Me parece que es un espacio donde las mujeres tenemos mucho potencial para crecer. Es habitual que los destilados se asocien a las figuras masculinas, pero es una concepción errónea. En la destilería trabajamos codo a codo con Hernán, pero yo soy quien se ocupa del desarrollo de los productos, la búsqueda de sabores y aromas para generar siempre propuestas diferentes.