Como es tradicional a principios de cada año Visión Gourmet (VG) distingue a los tres mejores lugares donde comer en Bariloche. La selección se realiza con la mayor objetividad posible, concurriendo a lo largo del año a cada lugar en forma de cliente común, por los dos integrantes de VG, pero sobre todo por un selecto grupo de asesores, quienes siempre consumen en forma anónima y pagando la cuenta. Para ser sinceros, en algunos casos salen a comer más seguido que nosotros, y “se sacrifican” analizando cuales resultaron los mejores sitios para disfrutar de la buena mesa.
De esta manera, los lugares electos no tienen que pagar nada y tampoco tener pauta publicitaria con Visión Gourmet. En forma privada les entregamos un diploma y lo publicamos en nuestra web. Con orgullo podemos sostener que el sistema fue reconocido por los seleccionados, que muchas veces exhiben su diploma en el restaurante.
Estamos convencidos que los tres restaurantes electos cumplen con todos los requisitos que priorizamos en la evaluación: buena gastronomía, atención personalizada, óptima relación precio-producto, ambiente agradable, variada oferta en bebidas, aceptación de tarjetas de crédito y estacionamiento vehicular, entre otros aspectos observados.
Al igual que en el 2014 y 2015 elegimos un restaurante con parrilla, un tradicional bistró gourmet y un brew pub con muy buena cocina. Los tres cumplen con los preceptos enunciados y la comida luce y sabe muy bien. No dudamos que en ellos usted podrá disfrutar de un buen momento.
Casa Cassis
En materia de cocina gourmet Cassis tiene nombre y apellido propio. Se emplaza sobre el Peñón de Arelauquen, con vista al lago Gutiérrez y sus comidas son el principal atractivo. Constituye el restaurante ideal para una noche velada romántica, una cena empresarial o una reunión con amigos o en familia.
Cinco amplios ventanales con panorámica vista hacia el lago y el bosque permiten disfrutar de un lugar idílico. Es atendido por Mariana Müller y Ernesto Wolf y fue distinguido como el mejor del país en 2007 por la Academia Argentina de Gastronomía.
En Casa Cassis se combinan los sabores, aromas y colores de la Patagonia. La cocina de Mariana se puede definir como simple, equilibrada y deliciosa. La mayoría de los productos son frescos, muchos de ellos cosechados en su propia huerta, otros elaborados en su reconocida fábrica vinagrera, única en la Patagonia.
En su carta es habitual que figure conejo, liebre, trucha, ciervo y cordero, siendo el strudel de este último ingrediente, los lomitos de liebre, la trucha a baja temperatura y los langostinos, algunos de los platos más solicitados. Imperdibles sus postres.
En breve Casa Cassis ingresará en su cuarta etapa, en el predio privado, aledaño a Arelauquen. Su historia comenzó en Esquel, donde funcionó durante ocho años y logró identidad entre los habitúes del esquí, la pesca y los deportes de aventura en el Parque Nacional Los Alerces. A fines del 2003 los Wolf se mudaron a Bariloche y abrieron Cassis en la calle España. En el 2006 abrió en Arelauquen.
El restaurante abre sus puertas a partir de las 20 y dispone de 56 cubiertos, siendo recomendable hacer reserva previa. También tiene cava, con los mejores vinos argentinos, dirigida por Ernesto.
Alto El Fuego
Nuevamente la parrilla de Matías Bollinger vuelve a obtener la distinción de VG, lo que ya logró en el 2013. Sin duda un excelente lugar para comer buenas carnes en Bariloche. Los cortes vacunos, de cerdo, cordero y truchas pasan por la parrilla y luego llegan a la mesa acompañados por ensaladas o papas fritas.
La propuesta, si bien simple, logró combinar los secretos para ser perfecta. Pues, en la cocina, lo simple es generalmente lo más complejo. También hay muy buenos vinos, de bodegas boutique, y una cálida y eficiente atención. Matías está casi siempre presente en el lugar.
Alto El Fuego se emplaza en una casa antigua, remodelada, en el Parque La Colina, con ingreso por 20 de Febrero 451. Luce tonos cálidos que intentan recordar los viejos hogares de campo, una estufa a leña frente al salón, parrilla a la vista y un subsuelo destinado a conservar los vinos como en una cava. Allí hay una pequeña mesa elevada, con capacidad de cuatro comensales. También hay un deck exterior, muy frecuentado durante el verano, cuando se puede degustar una carne con vino en contacto con la naturaleza.
Con vista hacia la cocina, un ventanal junto al mostrador permite apreciar los cortes que posan sobre la parrilla, como bondiolas, cordero, matambrito de cerdo, ojo de bife, entraña, riñoncitos o mollejas, para acompañar con ensaladas y otras guarniciones. La sección de postres alista bombón suizo, almendrado, flan casero y vigilante. Simple, pero perfecto.
Manush
La cervecería de la familia García vuelve a estar entre las tres mejores propuestas de Visión Gourmet. Lo hace por tercer año consecutivo, un hito inédito en nuestro modesto ranking. Y en ello hubo pleno consenso: es el mejor restaurante con cerveza artesanal propia de la ciudad.
Manush logró un estándar de calidad muy grande y su comida y bebida son unánimemente ponderadas por residentes y turistas. Siempre trabaja muy bien y para comprobarlo solo hay que acercarse a la esquina de Morales y Neumeyer. Entre las 19 y 22 es común tener que esperar para acceder a una mesa.
La cocina está a cargo de Leticia García y su pareja, el chef japonés Takeru. Sus platos se maridan con la cerveza que elabora Martín García que a lo largo de una década fue creciendo en calidad y variedad. Recibió varios premios en concursos cerveceros, entre ellos medallas en el prestigioso Sout Beer Cup.
La carta incluye exquisitas pizzas, tablas de fiambres y ahumados, hamburguesas caseras, platos gourmet y deliciosos postres. Habitualmente hay 14 variedades de cerveza Manush para elegir. El servicio es muy bueno y pese a la gran cantidad de gente que concurre y la habitual espera cuando el grupo es numeroso, la atención es eficiente.
El lugar dispone de cuatro sectores bajo techo, un deck en planta alta y mesas en la vereda. También una fantástica barra con 28 choperas. Forma parte del barrio cervecero, que se amplía sin parar y constituye en sí mismo un atractivo en Bariloche. Sin dudas, un lugar para recomendar.
