El salón Moreno del hotel Llao Llao fue escenario de la presentación de un nuevo vino de la bodega mendocina Arizu, su Luigi Bosca Rosé. El hecho podría ser habitual, ya que numerosas bodegas presentaron allí sus vinos y también lo hizo Luigi Bosca con diferentes productos. Fue la primera vez que este nuevo ejemplar se presentó en sociedad.
El director comercial de la empresa, Alberto Arizu, explicó que la elección de Bariloche es por la importancia que tiene la ciudad como destino turístico y también por qué el fin de semana la cancha de golf del hotel Llao Llao fue escenario de un torneo auspiciado por la bodega. Esto incluyó una cena de cuatro pasos con vinos Luigi Bosca y la presentación de un nuevo vino, por primera vez, en la Patagonia.
Acompañaron a Alberto en la presentación Anabella Alcuaz, de Patagonia vinos, representante de la bodega mendocina en Patagonia y el gerente de alimentos y bebidas del hotel Llao Llao, Pablo Hoffmann.
Asistieron numerosos empresarios gastronómicos locales, titulares de varios íconos de la buena mesa, como Mariana y Ernesto Wolf, de Casa Cassis; Noemí y Guillermo Kempin, de Il Gabbiano; Gerardo Stocker, de Nebbiolo; Alejandro Manzoni de Di Como; Santiago Villalba y Daniela Lapenna de El Nacional, entre muchos otros.
El diálogo con Visión Gourmet el director comercial expuso su optimismo por el futuro económico que experimentará Argentina. Reconoció que las exportaciones de vinos están condicionadas por el tipo de cambio pero que éste no constituye “el único requisito para el éxito comercial”.
Recordó que la bodega tiene el viñedo experimental más grande de hemisferio sur, con 20 hectáreas de parcelas, donde están plantadas una gran cantidad de cepas diferentes, con distintos sistema de riego y diferentes propuestas de cultivo. Ello permite determinar las condiciones que mejor se adaptan una determinada uva.
El nuevo vino, presentado en Bariloche, Luigi Bosca Rosé, es un vino seductor, atrevido y elegante. Para ser justos, la mayoría de los paladares no están acostumbrados a beber este tipo de vinos, que si tienen más descorche en el viejo mundo. No obstante, numerosos asistentes lo ponderaron y reconocieron que es un producto diferente y compañero ideal para platos de alta cocina.
Alberto explicó que está elaborado con uvas Pinot Gris y Syrah, lo que hace que en boca sea frutado, con aromas y sabores que recuerdan a miel, jengibre y especias como canela, con un toque oral y mineral.
No obstante, el primer vino que se sirvió fue el Riesling, una cepa en la cual la bodega Arizu fue pionera en Argentina, siendo el primer vino blanco que envasó la empresa. Por ello, tienen viñedos de 80 años. Las actuales cosechas provienen de uvas plantadas en la finca Los Nobles. Este vino no pasa por madera, solo reposa en toneles de acero.
Alberto explicó que en las tres cepas que se degustaron la etiqueta resalta el nombre de la variedad en letras grandes, lo que está pensado a propósito, para destacar la variedad del producto.
El tercer vino fue el Grand Pinot Noir de La Consulta, ubicado en el Valle de Uco. Alberto dijo que “lograr un gran vino con un Pinot Noir es todo un desafío para los enólogos, ya que es una de las cepas más difíciles para vinificar”.
Las uvas crecen a 1.170 metros de altitud, donde los técnicos de Arizu estiman es la altura ideal para obtener la cepa buscada. En la zona de cosecha los suelos son de origen aluvial, con terreno calcáreo, con una importante presencia de tierra arcilla arenosa y roca en superficie.
Ya cosechadas y transformadas en vino, las uvas reposan 8 meses en barricas de roble americano, lo que le otorga a la botella una guarda de 15 años. Un gran vino, sin lugar a dudas.
Alberto explicó que Argentina es un país consumidor de vinos tinto, tanto es que el 85 % de los que son producen son de esta cepa, pero que las bodegas tradicionales mantienen variedades blancas y rosadas. En particular, Luigi Bosca elabora vinos de terroir, una colección de vinos del terruño, muy ponderados en todo el mundo.