Salir de tapas. Un rito en España, que nació con una copa de vino y sobre ella una rodaja de pan casero, untada con manteca, tomate fresco y una rodaja de jamón crudo. De esa manera, el comensal podía visitar varios bares y tomarse varias copas con tapas, muchas veces diferentes.
Luego la costumbre se extendió a la cerveza, haciéndose un clásico de la buena mesa local. Las cervecerías artesanales presentan sus cartas de tapas y especialidades en función de las rubias, doradas y morochas.
En Bariloche, el boom cervecero multiplicó las cervecerías y los brew pub, algunos con buena gastronomía y varios con una propuesta tentadora de tapas, ideales para disfrutar con una buena cerveza.
Si bien la mayoría de las cervecerías ofrecen algunos platos estándar, la idea no es solo llenarse la panza sino compartir una buena birra con algo más gourmet. Se pueden tomar dos medias pintas, de diferentes cervezas con una tapa. Y continuar en la cervecería siguiente. Las propuestas son varias.
Desde que llegó a Bariloche, Antares mantiene una variada y muy buena propuesta de tapas, tipo finger food. Pensadas para una persona y que a veces hasta se pueden compartir. Hay 14 opciones y destacamos las albóndigas con salsa filetto, las empanaditas de carne picante, aros de cebolla, tortilla de papa y cebolla y croquetas de verdura. No obstante, nos encantaron los pinchos de panceta y ciruela con dip de salsa agridulce, salchichas envueltas con crocante de papa con dip de mostaza y miel o las quesadillas a la griega, con cebolla, tomate, aceitunas, ajo y muzzarella. Cada una de ellas permite degustar dos media pinta de cervezas diferente. Una excelente propuesta de los amigos marplatenses, que por algo, tienen más de veinte franquicias en Argentina.
Al ampliar su brew pub la gastronomía de La Cruz se posicionó a la altura de su cerveza y hoy ofrece platos con propuestas mexicanas y patagónicas y una buena variedad de tapas. Imperdibles los pinchos de panceta, tomate y ciruela o los de pollo, hongos y cebollines acaramelados. También son excelentes los quesos fritos empanados con reducción de scotish y los langostinos empanados con panko y coco con reducción de salsa teriyaki cervecera.
El brew pub de Blest siempre se caracterizó por tener muy buena gastronomía y no podían faltar las tapas, “antojitos” como les denominan ellos en la carta. La tosta patagónica viene con una degustación de 2 carnes ahumadas (ciervo, cordero o salame de jabalí) y la tosta de leber, con mostaza y pepinillos. Pero en especial se recomienda pedir un gravlax, que es una trucha macerada servida fría sobre una brusqueta con mix de verdes y mostaza de Dijón. También hay pretzel, rosquitas saladas típicas para acompañar la cerveza.
En Manush se debe probar el tempura japonés de vegetales, un plato simple pero muy gourmet, especialidad de Takeru y Leticia, chefs del lugar. A su lado, Berlina Pueblo ofrece una muy buena porción de rabas, también en tempura, que eventualmente se puede compartir.
Santino incluye con la primera pinta una mini pizzeta, a manera de tapa, que es todo un clásico del bar y también se puede pedir albóndigas, en formato individual.
En el Paseo de la Colina Yesca también tiene varias tapitas, entre las cuales destacamos los blinis, un verdadero manjar.
Así que, basta de llenarse la panza con papas fritas y nachos con quesos, anímese a disfrutar de algo más nutritivo y si se evalúa bien, no necesariamente más caro.