Elegir los mejores restaurantes de la margen sureña del Nahuel Huapi no es por cierto una tarea fácil. Implica una selección primaria y entre los finalistas se impone una visita reiterada. Para ello, Visión Gourmet cuenta con varios asesores y colaboradores, que siempre consumen en forma anónima y pagando la cuenta, quienes gustosamente “se sacrifican” para analizar junto a nosotros cuales resultaron los mejores sitios para disfrutar de la buena mesa. De esta manera, por cuarto año consecutivo, nos permitimos elegir a los más destacados.
Estamos convencidos que los tres restaurantes seleccionados cumplen con todos los requisitos que priorizamos en la evaluación: buena gastronomía, atención personalizada, óptima relación precio-producto, ambiente agradable, variada oferta en bebidas, aceptación de tarjetas de crédito y facilidad de estacionamiento vehicular.
Este año volvimos a elegir un restaurante de hotel, un restaurante con parrilla y un brew pub con muy buena cocina. Los tres cumplen con los preceptos enunciados y donde la comida luce y sabe muy bien. Tres lugares de Bariloche donde no dudamos usted podrá disfrutar de un buen momento.
El Casco
Rodeada de selectas obras de arte y el paisaje deslumbrante que emociona a través de imponentes ventanales, la cocina de este emblemático establecimiento presenta una carta con productos de río, mar y montaña que completa la maravillosa vida artística que atesora El Casco Art Hotel. Un lugar que tiene historia y donde la buena mesa fue religión en las décadas del 60’ y 70’.
Actualmente el nuevo hotel El Casco, que reabrió sus puertas a fines del 2006, tiene al frente de su cocina a Ana Lucía Arias, quien llegó como pastelera, y a partir del 2011, fue designada chef ejecutiva del establecimiento.
La historia recuerda a El Casco con Ruth Von Ellrichshausen y la reapertura estuvo a cargo de Martin Erkekdjian (sin duda dos cocineros brillantes y con apellidos difíciles de anotar). Pero Ana Lucía, quien sucedió a Martín, logró imponer su estilo en la cocina y se destacó por presentar platos de excelencia gourmet y que supieron mantener la esencia de la cocina clásica. ¿Supo combinar el arte de Ruth y de Martín? A nuestro criterio si, por ello, no dudamos en destacarlo como un templo de la buena mesa en Bariloche.
La carta se renueva periódicamente, pero no podemos olvidarnos de los langostinos sobre morilla crocante, ajo blando y naranjas y uvas frescas o las mollejas doradas sobre cake de batatas, puré de porotos blancos y ensalada criolla. Y también un plato que supo ser orgullo de Ana Lucía, y de todos los que disfrutamos de la buena mesa: silla de codero rose, risotto de trigo y berenjenas asadas con castañas de cajú y alcaparras crocantes.
Y por cierto, inolvidables los menú de luna llena, los que se sirven en las degustaciones de Rutini con Osvaldo Sánchez Salgado, mismo para el día de los enamorados y tantas veladas más, pues en El Casco, en cada cena, exalta la buena mesa.
El Patacón
Cuando Mario Remiro abrió El Patacón apostó por un nuevo concepto en la gastronomía de Bariloche. Su propuesta logró muy buena aceptación local y sus clientes del lago Gutiérrez se mudaron al kilómetro 7 de la ruta al Llao Llao. Y pronto llegó una visita estelar, en octubre de 1997 el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, durante su visita oficial a la Argentina, eligió cenar en El Patacón.
Llegar cuesta, pero más difícil es mantenerse en los primeros lugares del firmamento. Hace un par de años que Mario delegó la dirección del restaurante en las manos de su hijo Luciano y priorizó su legado familiar hacia la buena mesa.
El Patacón es hoy no solo un lugar arquitectónicamente muy bonito, con amplitud de espacios y más de 150 cubiertos, sino que mantiene platos de prestigio en la gastronomía local. Hay propuestas únicas, como son el tuétano asado, la provoleta Tehuelche (que además del queso tiene hongos de pino y morrones asados), la carne de Kobe y la merluza negra. Todos platos con la impronta del restaurante y el sello de su chef ejecutivo Ramiro Acosta
Un plato especial: el jabalí braseado con salsa de rosa mosqueta, acompañado de papines, con hongos de pino y romero. Hay buena carta de vinos, selectos postres y los residentes tienen la posibilidad de tener una tarjeta de descuentos especial, con la preferencial que llega al 40 por ciento. Es recomendable hacer reserva previa, ya que el lugar se llena.
En resumen, el patacón, la moneda que supo tener solides en la economía argentina, se mantiene en la gastronomía de Bariloche.
Manush
Con apenas tres años en la gastronomía local Manush logró posicionarse como uno de los mejores brew bar de Bariloche. Ofrece rica cerveza pero también muy buena gastronomía, algo poco habitual en los bares de la ciudad.
Si bien la cerveza Manush nació en el 2005 cuando Martín García, ingeniero en alimentos, regresó a Bariloche e instaló en su casa una pequeña planta para elaborar cerveza artesanal, el pub se inauguró a fines del 2011. Una época en que Bariloche se cubría por las cenizas del volcán Puyehue y ofrecía múltiples razones para irse y ninguna para quedarse.
No obstante, Leticia García, la hermana de Martín, no dudó en renunciar a su trabajo en Inglaterra y viajó hacia el sur, junto a su esposo, Takeru Adachi, de origen japonés. Ambos son cocineros y dirigen la gastronomía en Manush.
La cocina de Leticia y Takeru se marida en forma armoniosa con la cerveza. Algo único y delicioso son los vegetales en tempura, un plato con acento japonés.
En el menú a la carta se puede elegir entre una cazuela Manush, donde la carne está tiernizada con salsa de oporto; el ojo de bife; pollo a la mediterránea, con salsa de tomates frescos y aceitunas negras; la trucha buerre noisette, con limón, alcaparras y tomates. También hay buenos postres y variedad de tragos.
El local trabaja tan bien que periódicamente está lleno y hay que esperar turno para ingresar.