Pan y dulces caseros, un corderito al asador, empanadas, tortas fritas, truchas a la parrilla y postres con miel pura son apenas algunos de los muchos productos que podemos degustar en el Valle del Río Manso Inferior, rodeados de agreste belleza.
En el valle habitan un centenar de familias que trabajan en tareas de campo y también atienden a los visitantes que cada verano llegan al lugar. Hay una veintena de complejos de cabañas y camping, donde se puede contar con las comodidades necesarias para disfrutar de la naturaleza. El valle forma parte de los Senderos de Huella Andina, ideales para recorrer en trekking.
El río Manso es conocido por el rafting y también por ser el rio que nace en el monte Tronador, une varios lagos y finalmente desagua en el Océano Pacífico. En su límite presenta un paso internacional fronterizo que la provincia de Río Negro y Chile planifican desarrollar hace más de tres décadas. El río tiene tres tramos, y el Inferior, donde está la población administrada por un comisionado de fomento, comprende 40 kilómetros entre el Villegas y el límite con Chile.
Durante la presentación de la inminente temporada estival, el comisionado de Fomento, Lisandro Lanfré, y el referente local del FpV, Jorge “Kike” Chiguay, exhibieron a la prensa las novedades turísticas y también el flamante galpón y la maquinaria agraria que recientemente envió al lugar el Estado Nacional, por gestiones del senador Miguel Pichetto.
En primer término los periodistas y operadores de turismo aventura presentes visitaron las propuestas turísticas en El Foyel, emplazado sobre la RN 40 Sur, a 5 kilómetros del ingreso al Valle del Manso. Luego, desde la confluencia del río Villegas con el Manso bajaron en balsas de rafting. Hasta el predio comunitario donde está el nuevo galpón comunitario.
Allí, ya distendidos, pudieron probar las célebres empanadas de Susana Chiguay, quien durante varios años atendió el camping Pampa Linda, donde nace el río Manso, y ahora las elabora con su hija, Fernanda “La Negrita” en el Camping Kaleuche, el primero del valle. Al horno o fritas, ambas son deliciosas.
Las empanadas son de carne. El relleno se prepara con carne cortada a cuchillo y cebolla picada muy fina, en iguales proporciones. Luego se doran ambas y se les añaden pasas de uva, sal y pimienta. Se cocina alrededor de una hora y luego se agrega ají molido, pimentón, aceitunas cortadas y huevo duro.
Se rellenan las tapas de empanadas y luego del repulgue van al horno o a la sartén, con grasa de vaca. En ocasiones también las elaboran con carne de cordero. Son un manjar!!!
Los corderos de El Manso son ponderados por su carne, diferente a la de aquellos animales criados en la Línea Sur, ya que se alimentan de pasturas más tiernas. Enrique “Coyo” Bayer, quién los preparo en la ocasión, explicó que su carne es menos seca y nunca tiene sabor a neneo, el arbusto que crece en zona de estepa pero no en cordillera.
Clavado en la cruz, al cordero se le pone sal fina y al primer giro, luego de una hora, salmuera. El peso ideal de los corderitos es de 10 a 12 kilos, de donde comen una veintena de personas.
Bayer no solo es un experto asador, también brindó una demostración de como se hace para cabalgar en pelo, sin riendas.
Lanfré informó que en el valle nacen alrededor de 3.000 corderos por verano. “La mitad se consumen y el resto se comercializan con familiares y amigos de los pobladores”. No hay venta al por mayor, hacia frigoríficos ni grandes carnicerías. El Manso no tiene cámaras de frío, por lo cual no hay posibilidades de conservarlos.