El asombroso entorno de la laguna Fantasma, con un bosque de gran variedad de especies autóctonas, alberga al restaurante Rincón Patagónico, un fiel exponente de la fusión entre arquitectura, arte y gastronomía. En él predominan la piedra y la madera de ciprés, trabajados artesanalmente por artistas de la zona, con amplios salones ambientados con detalles en hierro forjado y lajas con hojas petrificadas.
Está a la altura del kilómetro 14,200 de la ruta al Llao Llao y dispone de un cómodo estacionamiento. El inmueble impacta por su diseño y centenares de turistas no dudan en tomarse una fotografía en su frente. Dispone de una recepción, un salón principal y dos anexos, que permiten ser usados en forma independientes para eventos y ser parte de una reunión integral, para lo cual el lugar permite albergar a 350 personas.
El Rincón Patagónico abrió sus puertas el 30 de octubre de 2004, en un predio de 13 hectáreas, con la consigna de unir cultura, arte y buena cocina. Su cara visible es Alberto Massey. Con probada trayectoria en la gastronomía, ya que administró una parrilla con idéntico nombre, en el kilómetro 5 de Bustillo, donde ahora su hijo atiende “A Los Bifes”.
La idea de Massey surgió ante la demanda de contar con un lugar con mayor espacio, con salones independientes, y que permita ser sede de eventos sociales y empresariales, para los congresos y las convenciones que tienen por sede a San Carlos de Bariloche. El asador es “a la vista”, y constituye en si mismo un atractivo para la mayoría de los comensales, lo mismo que la cava de vinos, donde se almacenan las etiquetas de las principales bodegas argentinas, guardadas y cuidadas en la temperatura, frescura y calma que estas necesitan para su equilibrio y evolución.
Nada está librado al azar. El Rincón Patagónico es uno de los pocos restaurantes que además del personal gastronómico dispone de personal para atender a los visitantes en la recepción y relaciones públicas. “El huésped debe sentirse a gusto en todo momento”, es la consigna de Massey.
En materia gastronómica se destacan las carnes al asador y a la parrilla y los platos de cocina regional y también las tablas, de fiambres y ahumados con gran variedad de ingredientes.
Quienes recorran su variada carta podrán ir de los platos típicos criollos como el cordero, chivito y el asado al asador, platos de origen europeo, como la fondue, goulasch, y guisados de carnes salvajes. La brochette “Rincón Patagónico” incluye cordero, lomo, cebolla, morrones, panceta, tomate y vegetales a las brazas. Un plato muy pedido es el “cordero envuelto en llamas”, que incluye pulpa de cordero salteada con papas y aceitunas negras.
También hay pescados de ríos y lagos como los salmones y las truchas y carnes exclusivas de la zona andina como jabalí y ciervo. De la región del alto valle de Río Negro provienen las uvas, peras, manzanas, duraznos y damascos que sumadas a las frutas finas del paralelo 42 se destacan en los postres más sorprendentes y exquisitos.
La organización de eventos sociales y empresariales, es otro de lo servicios que brinda este restaurante. Un gran equipo de profesionales se encarga de asesorar, planificar y ejecutar eventos de primer nivel, contando con la más alta tecnología e ingeniería gastronómica, equipamiento, sonido e iluminación, dándole vida a esos momentos tan esperados y soñados. Hay una carta especial, con más de veinte menúes ilustrativos de servicio y hasta es posible pedir un curanto.
En estos casos la cocina gourmet también se hace presente en El Rincón Patagónico y por ello se puede probar la trucha del lago en salsa tibia de mostaza en limón confit, acompañada por mezclum de verdes, papines y frutos secos. Otra opción es el roll de cordero laqueado en cabernet y torre de vegetales grillados sobre cristal de pimientos.
El asombroso entorno de la laguna Fantasma, con un bosque de gran variedad de especies autóctonas, alberga al restaurante Rincón Patagónico, un fiel exponente de la fusión entre arquitectura, arte y gastronomía. En él predominan la piedra y la madera de ciprés, trabajados artesanalmente por artistas de la zona, con amplios salones ambientados con detalles en hierro forjado y lajas con hojas petrificadas.
Rincón Patagónico está emplazado en un edificio de gran belleza.
Está a la altura del kilómetro 14,200 de la ruta al Llao Llao y dispone de un cómodo estacionamiento. El inmueble impacta por su diseño y centenares de turistas no dudan en tomarse una fotografía en su frente. Dispone de una recepción, un salón principal y dos anexos, que permiten ser usados en forma independientes para eventos y ser parte de una reunión integral, para lo cual el lugar permite albergar a 350 personas.
El Rincón Patagónico abrió sus puertas el 30 de octubre de 2004, en un predio de 13 hectáreas, con la consigna de unir cultura, arte y buena cocina. Su cara visible es Alberto Massey. Con probada trayectoria en la gastronomía, ya que administró una parrilla con idéntico nombre, en el kilómetro 5 de Bustillo, donde ahora su hijo atiende “A Los Bifes”.
La idea de Massey surgió ante la demanda de contar con un lugar con mayor espacio, con salones independientes, y que permita ser sede de eventos sociales y empresariales, para los congresos y las convenciones que tienen por sede a San Carlos de Bariloche. El asador es “a la vista”, y constituye en si mismo un atractivo para la mayoría de los comensales, lo mismo que la cava de vinos, donde se almacenan las etiquetas de las principales bodegas argentinas, guardadas y cuidadas en la temperatura, frescura y calma que estas necesitan para su equilibrio y evolución.
Nada está librado al azar. El Rincón Patagónico es uno de los pocos restaurantes que además del personal gastronómico dispone de personal para atender a los visitantes en la recepción y relaciones públicas. “El huésped debe sentirse a gusto en todo momento”, es la consigna de Massey.
En materia gastronómica se destacan las carnes al asador y a la parrilla y los platos de cocina regional y también las tablas, de fiambres y ahumados con gran variedad de ingredientes.
Quienes recorran su variada carta podrán ir de los platos típicos criollos como el cordero, chivito y el asado al asador, platos de origen europeo, como la fondue, goulasch, y guisados de carnes salvajes. La brochette “Rincón Patagónico” incluye cordero, lomo, cebolla, morrones, panceta, tomate y vegetales a las brazas. Un plato muy pedido es el “cordero envuelto en llamas”, que incluye pulpa de cordero salteada con papas y aceitunas negras.
También hay pescados de ríos y lagos como los salmones y las truchas y carnes exclusivas de la zona andina como jabalí y ciervo. De la región del alto valle de Río Negro provienen las uvas, peras, manzanas, duraznos y damascos que sumadas a las frutas finas del paralelo 42 se destacan en los postres más sorprendentes y exquisitos.
La organización de eventos sociales y empresariales, es otro de lo servicios que brinda este restaurante. Un gran equipo de profesionales se encarga de asesorar, planificar y ejecutar eventos de primer nivel, contando con la más alta tecnología e ingeniería gastronómica, equipamiento, sonido e iluminación, dándole vida a esos momentos tan esperados y soñados. Hay una carta especial, con más de veinte menúes ilustrativos de servicio y hasta es posible pedir un curanto.
En estos casos la cocina gourmet también se hace presente en El Rincón Patagónico y por ello se puede probar la trucha del lago en salsa tibia de mostaza en limón confit, acompañada por mezclum de verdes, papines y frutos secos. Otra opción es el roll de cordero laqueado en cabernet y torre de vegetales grillados sobre cristal de pimientos.