Suaves, dulzones o picantes los chutney son infaltables en un hogar con espíritu gastronómico.
La palabra chutney es una palabra india que significa encurtido pero a diferencia de estos el chutney requiere una larga y lenta cocción que da lugar a un tipo de mermelada agridulce y especiada, ideal para acompañar pancitos caseros, quesos, carnes.
Debemos recordar que los chutneys caseros son una forma tradicional pero diferente de conservar una cosecha abundante de fruta o verdura. Lancémonos en busca del mejor chutney casero.
Para los del campo basta con las manzanas y peras por ejemplo caídas en el suelo, y para los de ciudad aprovechen alguna oferta en frutas o verduras.
A veces se incluyen especias enteras como la mostaza en grano pero, con la larga y lenta cocción que pide el chutney, se ablandan tanto que pueden comerse perfectamente.
Por otro lado recordemos que llevan una alta proporción de vinagre, es decir, de ácido, por lo que no deben usarse metales oxidables. Lo mejor es elegir una cacerola con antiadherente.
Chutney de manzanas:
Picar bien 2 cebollas, 2 pepinos previamente pelado y 2 pimientos rojos. Saltear en una olla con aceite.
Pelar 2 kilos de manzanas y cortar en cubos de un cm. Cortar jengibre en monedas. Agregar ambos ingredientes a la olla y seguir cocinando.
Añadimos 250 cc. de vinagre de alcohol y 200 cc. de agua.
Incorporar 200 gr de maní pelado, 1 rama de canela y 3 clavos de olor.
Agregar 200 gr. de pasas de uva negras y 250 gr. de azúcar rubia o negra.
Completar la preparación con semillas de sésamo y cocinar por 30 minutos más.
Finalmente, enfrascar en recipientes esterilizados.
Datos: Es muy práctico etiquetar nuestros frascos indicando el tipo de chutney y la fecha.
Para conservarlos escogamos lugares frescos y oscuros. Los chutneys mejoran con el tiempo, por eso conviene dejarlos reposar unos 3 meses y se conservan hasta 2 o 3 años, lo cual no es de extrañar porque contienen sal, vinagre, especias y azúcar, los cuatro mejores conservantes.