Hay recetas que además de ser mundialmente famosas y tan viejas como la cocina misma, continúan siendo exitosas, así lo expresó Matías Bollingüer, que no dudo remodelar una casona que data de los años ´40 para poner en marcha su restaurante con parrilla a la vista.
En Alto el Fuego, las carnes son el deleite más preciado, no obstante los postres, clásicos y sencillos, suman más aplausos para el asador. Su afamado flan casero es uno de los más solicitados. “Hay pocas probabilidades de que salga mal, ya que simplemente se debe mezclar 1 litro de leche entera, 10 huevos, 10 cdas de azúcar y 1 cda de esencia de vainilla”, expresó Matías.
“Se mezcla todo y se coloca en una budinera acaramelada que reposará en el horno a baño maría, a temperatura media, durante una hora. Cuando el cuchillo sale seco ya está listo”, agregó el parrillero, que se lleva excelente con los postres y disfruta de elaborarlos el mismo.
Su textura es bien firme, el caramelo aporta con su sabor especial y se puede acompañar con un copo de crema o dulce de leche.
Ubicado en el predio de 20 de Febrero 451, el lugar quedó magnífico, con colores cálidos que intentan recordar los viejos hogares de campo, una estufa a leña frente al salón y un subsuelo destinado a conservar los vinos como en una cava.
Además del flan casero, la carta alista bombón suizo, almendrado, vigilante y cassata, postres que van muy bien después de los principales.
Receta del restaurante Alto el Fuego
