El primer consejo es que compres en una pescadería de confianza. Un comerciante preocupado por tener buen producto será el primero en no vender cualquier cosa.
A la hora de elegir:
-Es preferible comprar pescados enteros para evitar que las partes cortadas estén rancias u oxidadas.
-La piel debe estar lustrosa y tensa. En el pescado menos fresco empieza a arrugarse y a perder brillo. El color no será buena guía ya que en algunos casos la piel pierde color tras la muerte del animal.
-Deben tener un mucus proteínico recubriendo la piel. Con el tiempo se seca y el color de este mocus pasa de blanquecino a amarillento.
-Los ojos deben estar brillantes, saltones, transparentes y no tristones, hundidos.
-El vientre no debe estar hinchado, ni blando ni roto. De lo contrario las enzimas digestivas habrán pasado del intestino al músculo.
-Las agallas del pescado deben ser rojas y limpias.
-La mejor manera de identificar el buen estado del pescado…. tal vez sea su OLOR. Debe oler a mar (o a océano). Si lo tenemos en la heladera y al abrir la puerta huele fuerte, eso quiere decir que mejor hay que desecharlo.
-Si el pescado tiene cortes, golpes, agresiones, tampoco es apto para su consumo.
-Si los pescados o mariscos no son frescos deben estar bien congelados… sin signos de haber perdido la cadena de frío.
-Recuerden que en heladera, esté cocido o fresco, no duran más de dos días.