El mítico Wine Bar de Diego Feixa renovó su imagen y presenta varias novedades positivas. Análogamente, mantiene el clima festivo y los buenos tintos y espumantes que siempre lo caracterizaron. Nuevo socio, galería de arte y fiesta francesa son la “avant premiere” de un invierno que promete ser inolvidable.
El nuevo socio de Diego es francés, más exactamente un bodeguero que envasa Souvignon Blanc, bajo denominación de origen, en una pequeña viña de Francia. A Pierre Blank se lo puede definir como un “bon vivant”, amante de la música, el arte y obviamente el buen vino y las mujeres hermosas. Participó en el Dakar que se corre por Argentina y Chile y conoció Bariloche durante un viaje comercial. El entorno natural le encantó y decidió venir a esquiar a Catedral y atender su wine bar patagónico. Allí también cocina, ya que la gastronomía es otra de sus pasiones.
Para el sábado 13 de julio está programada una gran fiesta francesa, que recordará un nuevo aniversario de la histórica Revolución Francesa, iniciada el 14 de julio de 1948, con la toma de la Bastilla. Fue, según muchos historiadores, el inicio del cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. Diego y Pierre prometen algunos platos de la buena gastronomía francesa, espumantes y tintos y también la entonación de la marsellesa, como homenaje a los hombres y mujeres que se rebelaron ante la opresión que sufrían de parte de la monarquía francesa.
Paralelamente, hasta el 15 de julio, está colgada en sus salones la muestra de fotografías de Lujan Malaspina, más conocida como “Panda Nube” en el ambiente artístico local, y las pinturas y grabados de Lorena Balado, ambas residentes en Bariloche. La exposición puede verse en el horario de atención del wine bar, diariamente, de 19 al cierre, que tiene lugar generalmente hacia las 03 de la mañana.
En Wine Bar, ubicado en el “Paseo de La Colina”, 20 de Febrero 451, se pueden degustar variedades de vinos por copa (obviamente también se puede pedir una botella) acompañados por tablas de quesos, ahumados o brusquetas. También hay ricas tortillas españolas y omelette francesas. Ocasionalmente, Pierre tiene un menú con platos típicos de Paris.
El lugar es informal, con una amplia barra y tres salones, donde se reúnen los habitúes, los residentes y los turistas. Los fines de semana suele haber músicos en vivo y siempre hay música ambiental.