Del viñedo a la copa, un recorrido magnífico

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La familia Arizu supo combinar de manera impecable la pasión por los vinos y el amor por el arte. La bodega de Luján de Cuyo es la fiel expresión de ello: naturaleza, arquitectura, viñedos y obras de arte confluyen para el goce del visitante y el placer del amante del vino y la cultura. Las visitas guiadas, con obligatoria reserva previa, permiten conocer un mundo de trabajo y compromiso con el terruño.

De la mano de Francisco Bragoni, un apasionado de la vinicultura y un gran anfitrión de la bodega, la visita de Vision Gourmet a Luigi Bosca comenzó en el viñedo, hasta llegar a la bodega, un paseo fascinante que además, nos permitió adentrarnos en el corazón de su labor productiva.

Pese a pertenecer hace poco a la empresa, Francisco nos reveló sus aspectos más interesantes y también su historia, ligada a una familia pionera en vinos, que hace 111 años envasa buenos tintos y blancos.

La historia de esta bodega comienza con la llegada de Leoncio Arizu a Argentina, en 1890. Se instala en Luján de Cuyo, Mendoza, donde encuentra un lugar similar a su tierra natal, Navarra, España. Allí inició sus plantaciones de viñedos, con vides de origen europeo, al mismo tiempo que comenzó a gestar la creación de la bodega.

En 1901 inaugura sus primeros viñedos y tres años más tarde nace la bodega Luigi Bosca. Se casa con Juana Larrea y tiene cinco hijos. Uno de ellos, Leoncio Saturnino, se entusiasma con la bodega y lidera los trabajos, en los cuales ya comienzan a destacarse los “vinos de autor”. En estos años la familia adquiere las fincas El Paraíso, La Linda y también invierte en tecnología y maquinarias.

Actualmente la bodega es dirigida por la tercera y cuarta generación familiar, lideradas por Raúl y Alberto Arizu. En 1989 los hermanos forman parte de la fundación de los vinos D.O.C. (Denominación de Origen Controlado) en Argentina, equiparable a otros DOC del mundo.

En la década del noventa y el nuevo milenio Luigi Bosca se consolidó como una marca líder y creo las líneas La Linda, Los Nobles y Gala. Su tinto insignia, “Icono”, nace en el 2005.

Más allá de la cronología histórica, recorrer las barricas de roble con buenos tintos y observar los cuadros del escultor mendocino Hugo Leytes, su “Vía Crucis del Vino”, con 14 altorrelieves realizados sobre hormigón armado, cuyas imágenes relacionan las distintas etapas de la elaboración del vino con las estaciones del Vía Crucis Cristiano, constituye un placer inigualable.

Luigi Bosca cuenta con 7 fincas en la provincia de Mendoza: Los Nobles (destinada solo a vinos Premium), La Linda, La España, Don Leoncio, El Paraíso, La Puntilla y Los Miradores, con un total de 700 hectáreas de vides, donde se producen más de 15 variedades de uvas.

Francisco confirmó que la cepa Cabernet Sauvignon “es pionera en Mendoza y es característica del vino de mesa argentino”. Por ello, la bodega hace honor al desarrollo de esta cepa en la región, manteniéndola como verdadera estrella de sus vinos. Está presente en sus tintos de alta gama: De Sangre, Gala II y IV, Finca Los Nobles e Icono.

Con más de 260 empleados fijos, la empresa elabora unos 4 millones de litros por año, para los cuales posee tanques de hasta 80 mil litros, entre ellos de 2.500 y 3.000 litros para micro-fermentación. Luego, camino al altar, se pueden observar las salas con unas 4.800 barricas de roble francés y americano, impactante.

La recorrida por la bodega permite constatar su ordenada impronta empresarial. Dirigida actualmente por la tercera y cuarta generación, constituye una de las pocas en argentinas que a través de las décadas, permanece en manos de la familia fundadora.

Antes de finalizar la visita, Francisco nos invitó a la Sala Visitor Center a degustar algunos ejemplares. En primer lugar disfrutamos algunos blancos,  entre ellos el Finca La Linda 100% Viognier 2011, corte reservado, el Luigi Bosca Riesling 2011 (una variedad alemana), con un potencial de guarda de 6 años, seco, frutado, con una delicada acidez y aromas a lima, el Luigi Bosca Chardonnay, con un 30% del vino criado en barricas de roble francés de primer uso (solo este vino blanco se hace con madera).

Y entre los tintos, fue un placer haber disfrutado en el lugar del Finca La Linda Bonarda 2011, el Malbec DOC 2010 (syngle vineyard), con 14 meses de crianza en barricas y el Gala 1, un blend 2009 elaborado con las cepas Malbec, Petit Verdot y Tannat.

Sin duda un lugar acogedor, donde además se exponen cuadros fotográficos que muestran los extraordinarios paisajes que rodean a cada una de las fincas. En una de ellas, una frase pasionaria e inspiradora resume “lo único que supera el placer de probar un buen vino, es elaborarlo”.

En Bariloche, los productos de las diferentes líneas pueden adquirirse en la vinoteca Patagonia Vinos, sobre Calle San Martín, establecimiento que distribuye los productos de forma exclusiva en toda la Patagonia.

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